La Estela de Luz: «Portento de la Ingeniería Mexicana»

Con cerca de año y medio de retraso y con un presupuesto inicial de $400,000  $400,000,000 que terminó en más de mil millones de pesos (57 millones de euros), fue finalmente inagurada por el Presidente Felipe Calderón la «Estela de Luz«, supuesto hito que conmemoraría los 200 años del inicio de la lucha de Independencia y el Centenario de la Revolución Mexicana.

El proyecto fue presentado como «portento de la Ingeniería Mexicana» por el Presidente. El Secretario de Educación Pública, Alonso Lujambio (quien estuvo a cargo de la ejecución de esta obra por tragicomedias de la burocracia nacional), fue más aventurado al llamarla «una de las piezas más simbólicas de la historia mexicana (…) y una de las piezas más emblemáticas de la arquitectura mexicana”.

El diseño original, del arquitecto César Pérez Becerril, contemplaba un plaza que conectaría el Bosque de Chapultepec con Paseo de la Reforma. Esta parte del proyecto fue desdeñada terminando con una arcaica concepción de lo que hace que un monumento sea un hito para la ciudad. Se optó por una visión retrógrada donde el espacio público se menosprecia creyendo que el monumento lo es todo, sin importar su contexto y su vínculo con él. En pocas palabras, se entiende que la Torre Eiffel es lo que es sin Champ de Mars. Una caricatura. Un llavero que puedan comprar los turistas. Se eliminó una gran parte del proyecto original pero el presupuesto final aumentó. Ah, ¡el ingenio mexicano!

Con la esencia del proyecto olvidada, la Estela de Luz debía apostar su éxito a la ejecución de obra. Dejando de lado las acusaciones y controversias que hubo entre el arquitecto Pérez Becerril y la empresa constructora, el resultado final parece dividir polarmente a quienes la han visitado.

Los 104 metros de altura (dos gavillas –unidad de medida especial de los aztecas- de metros) es uno de los pocos aciertos conceptuales de la torre en sí. Esta era una GRAN oportunidad para quitar el estigma que atormenta a México de que la sustentabilidad es la manera económicamente difícil de hacer las cosas. Se calcula que un tercio de los materiales del proyecto son hechos en México. Las columnas de acero inoxidable fueron traídas de Italia, los paneles de cuarzo de Brasil y el sistema de iluminación es de una compañía alemana. Si se ha de gastar en un solo monumento mil millones de pesos -en un país con 20 millones de personas en pobreza extrema-, existen maneras económicamente más beneficiosas de lograr el mismo resultado.

Solo el tiempo dirá si la Estela de Luz será recordada como un monumento al Bicentenario o uno a la corrupción, la fallida Burocracia mexicana y su enorme descaro, las decenas de miles de muertos de la lucha contra el narco o una sociedad transigente y parsimoniosa. Solo el tiempo lo dirá.