De: «El hombre de al lado», Casa Curutchet y Placentero Chair

De: "El hombre de al lado", Casa Curutchet y Placentero Chair

1. «El hombre de al Lado»
Se estrenó hace unas semanas en España la película argentina aclamada internacionalmente: «El hombre de al lado«, de Mariano Cohn y Gastón Duprat. Para quien no este al tanto de la sinopsis, narra el conflicto vecinal entre Leonardo, prestigioso diseñador que vive con mujer e hija en la Casa Curutchet, único proyecto de Le Corbusier construido en Latinoamérica, y Víctor, un vendedor de coches usados de escasa educación, modales rústicos y avasallador. Cuando decide abrir una ventana en la pared de su casa, lindante con la de Leonardo, para tener más luz, empieza el problema: cada uno toma conciencia de la existencia del otro.
Y como dijo Jean-Paul Sartre en su obra de teatro «Huis-clos»: l’enfer c’est les autres (el infierno son los otros), una reflexión sobre como la presencia del otro, con su mirada nos condiciona, nos priva de parte de nuestra libertad. La obra de Sartre cuenta la historia de un grupo de personas encerradas por un tiempo indefinido en una misma habitación, y las interacciones y conflictos que derivan de ello: porque cuando perdemos nuestra privacidad, el otro nos recuerda y nos hace plantearnos quienes somos, lo que hacemos, como lo hacemos.
Según como, el sentirse observado en continúo (o al menos pensarlo) genera un sentimiento de malestar y hasta miedo, como lo plasma Michael Haneke en «Caché (Hidden)». Personalmente me esperaba más una película en esta línea, con suspense (curiosamente, el cartel también me recuerda al de un thriller), pero los directores de «El hombre de al lado» han sabido con buena dosis de humor negro y bajo aires de comedia, relatar una situación que no estará sin traer recuerdos vivos y vividos a los arquitectos que la vayan a ver.

Además de los actores, la película de Mariano Cohn y Gastón Duprat cuenta con dos importantes protagonistas: la Casa Curutchet y la Placentero Chair.

2. Casa Curutchet
La Casa Curutchet (La Plata, Buenos Aires), encargada a Le Corbusier en 1948 por el doctor Curutchet, es un claro y logrado ejemplo de arquitectura moderna, basado en lo que el arquitecto suizo definió en 1926, como los «Cinco Puntos de una Nueva Arquitectura»:
(1) La planta libre: la planta baja de la vivienda, al igual que la calle, pertenece al automóvil, por lo que la vivienda está elevada.
(2) La terraza-jardín: la superficie ocupada en planta por la vivienda debe de ser «devuelta a la naturaleza» en forma de jardín en la cubierta del edificio, ayudando a mejorar el aislamiento térmico.
(3) Los «pilotis»: el uso combinado de losas de hormigón y pilares metálicos optimiza la funcionalidad y flexibilidad de la vivienda (la planta es libre de condicionante estructural como los muros de carga), a su vez aumenta la superficie útil de la vivienda.
(4) La ventana longitudinal: dado que los muros ya no tienen función estructural, las ventanas pueden abarcar todo el ancho deseado, mejorando la relación con el exterior y enmarcando el paisaje, como si de un cuadro se tratase.
(5) La fachada libre: los pilares metálicos se retrasan con respecto a la fachada, liberando a ésta de su función estructural.

La vivienda, que se desarrolla en varios niveles, cuenta con un pequeno pórtico de acceso, desde el cual arranca la rampa que conduce al hall de entrada y, girando 180º, continúa hasta lo que era el consultorio de Curutchet, separando claramente en dos cuerpos lo profesional de lo familiar. La liberación de la planta baja permite la existencia de un jardín, cuya pieza fundamental es el árbol que asciende por un hueco expresamente diseñado para formar parte del paisaje de la terraza en la planta superior.
Desde el hall acristalado se accede por una escalera a la planta pública: estar y comedor en doble altura, la terraza jardín -con su brise soleil enmarcando las vistas hacia el parque y protegiendo del sol-, y el área de servicios: cocina y baño. Finalmente, la última planta contiene los dormitorios familiares, con sus respectivos baños.
Le Corbusier sugirió que la obra fuera dirigida por Amancio Williams (1913-1989), arquitecto destacado del movimiento moderno argentino; según un recién estudio, éste tuvo mayor protagonismo de lo que se pensaba en cuanto a concepto y formalización del proyecto.

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3. Placentero Chair

La otra protagonista de «El hombre de al lado» es por supuesto la recurrente Placentero Chair, que dio fama a su autor, tanto en la ficción de la película (Leandro) como en la realidad (el diseñador Batti: Diego Battista es uno de los jóvenes diseñadores argentino con más proyección internacional, con oficinas en Argentina, EEUU y Japón). Esta butaca nació de su colaboración con Brion Experimental, rama de Brion Studio encargada de desarrollar obras conceptuales (como piezas artísticas e instalaciones) que derivan en productos, y ganó enseguida varios premios como el internacional Red Dot Awards 2007
Con un diseño futurista cercano a la estética 2011, A Space Odyssey, y en la línea de los diseños de Arne Jacobsen (Swan y Egg) o Eero Aarnio (Ball Chair y Bubble), su concepto parte sin embargo de una experiencia mucho más íntima, inspirándose en el periodo de gestación y asociando «placenta» a «placentero». La Placentero Chair, con su base en forma de media esfera y sus tres «pétalos» busca dar al usuario una experiencia lo más cercana posible a las sensaciones de flotación, suspensión y antigravedad de la vida pre-natal, permitiendo una infinidad de posturas mientras se mece suavemente.

De:

Fuentes:
Cine Renoir
Globedia
Colegio de Arquitectos de la Provincia de Buenos Aires
Wikipedia